Los dientes de leche, a pesar de tener carácter temporal, resultan de gran importancia para el correcto desarrollo bucodental de un bebé. Por ello mismo, debe prestarse especial atención a la forma cómo estos erupcionan y deben cuidarse de igual manera que si se tratase de la dentición definitiva.
¿Por qué son importantes los dientes de leche?
Los dientes de leche son las primeras piezas dentales en salir en la boca de un bebé, y se cuenta con un total de 20 -diez arriba y diez abajo-. Su estructura es muy similar a la de los dientes definitivos, contando estos con una corona, una capa de esmalte, la dentina, su correspondiente raíz y la pulpa.
Entre las distintas funcionalidades de estos, debemos destacar las siguientes, que denotan su clara importancia:
- Permiten morder y masticar.
- Permiten una pronunciación adecuada una vez se empiezan a pronunciar las primeras palabras.
- Sirven de guía y mantienen el espacio necesario para la correcta erupción de los dientes definitivos.
- Consiguen evitar dolores y flemones, lo que podría derivarse en otro tipo de complicaciones.
- Les permite contar con una bonita sonrisa y, por consiguiente, con una buena autoestima.
¿Cuándo empiezan a salir y a caer?
Habitualmente, los dientes de leche aparecen entre los 6 y los 12 meses de edad. Lo usual es que hayan salido todos, aproximadamente, a los dos años y medio -incluyendo las muelas-.
Por lo que hace al orden adecuado de erupción, y de acuerdo con el Consejo General de Dentistas, primeramente, entre los 8 y 10 meses, erupcionan los incisivos centrales inferiores y superiores; a continuación, entre los 11 y 13 meses, los laterales; tras estos, a lo largo de los 16-18 meses, salen los primeros molares; a partir de los 19 meses y hasta los 20 los caninos superiores e inferiores; finalmente, y hasta los 28 meses -momento en que debería finalizar la erupción de toda la dentadura- salen los segundos molares.
No es hasta los 5-6 años que las piezas dentales deberían empezar a caerse, dando paso a las definitivas entre los 7 y los 12 años de edad. De hecho, el primer diente definitivo en erupcionar es un molar, y se le conoce como “molar de los 6 años”. A menudo puede confundirse con un diente de leche, sin embargo, su tamaño es mayor y permite garantizar una buena oclusión.
¿Y si no caen cuando toca?
Cuando se da un retraso en la caída natural de los dientes puede llegar a presentarse una doble fila de piezas dentales, lo que se conoce como “dientes de tiburón”. Lo que sucede es que los dientes definitivos comienzan a erupcionar en el espacio limitado que encuentran libre.
Esto resulta bastante habitual -uno de cada 10 niños presenta “dientes de tiburón”- y no debe preocuparse en demasía. No obstante, no debemos forzar la caída de los dientes de leche desde casa. Un profesional valorará la situación y aportará la solución idónea en cada caso.
¿Cómo deben cuidarse?
Tal y como hemos introducido, aunque los dientes de leche vayan a terminar por caerse, eso no implica que deba dejarse de lado su cuidado. Mantenerlos sanos y cuidados resultará imprescindible para poder contar con unos dientes definitivos saludables.
En este artículo, encontrarás toda la información necesaria acerca de cómo debes cuidar la salud bucodental de tu bebé, tanto antes como después de la erupción de los primeros dientes.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que la erupción de estos primeros dientes no siempre es agradable para los pequeños y, de hecho, estos puedes sufrir distintos síntomas y molestias durante el proceso. La inflamación de las encías, la saliva abundante, la irritabilidad o ganas de morder y la alteración del sueño o falta de apetito son los síntomas más habituales.
Para aliviar estas molestias, te recomendamos lo siguiente:
- Aplicar frío -no excesivo- en la zona.
- Limpiar frecuentemente el posible exceso de saliva para así evitar que aparezcan irritaciones en la zona.
- Frotar las encías del bebé con el dedo envuelto en una gasita.
- Contar con mordedores para que así pueda usarlos cuando se generen molestias o ganas de morder.