De la misma forma que envejece nuestro cuerpo, también lo hacen nuestros dientes. El desgaste dental se define como la pérdida progresiva del tejido del diente. Este desgaste empieza por la parte más superficial y dura del diente, el esmalte, pero puede llegar a afectar a la parte más blanda, la dentina.
Esta pérdida resulta habitual cuando se desarrolla de forma progresiva, por lo que no deberías alarmarte a no ser que se de prematuramente.
Causa
Los tres fenómenos más habituales que provocan el desgaste dental son la erosión, la atrición y la abrasión.
Erosión: La erosión consiste en la pérdida progresiva del esmalte, provocada por una disolución química o ácida, sin ningún tipo de bacteria involucrada. Esta erosión es resultado de un consumo frecuente, continuado o inapropiado de alimentos o bebidas carbonatadas o con altos niveles de acidez. También puede venir causada por el reflujo gastroesofágico que sufren personas con trastornos alimenticios.
Atrición: La atrición es la pérdida progresiva de la parte dura de los dientes, a causa de la masticación o rechinamiento continuo. Ello produce un contacto mecánico entre las piezas superiores e inferiores. Este desgaste dental dependerá de cada persona y del uso que haga de su dentadura. En personas que sufran de bruxismo este desgaste será mayor.
Abrasión: La abrasión es el desgaste dental que no se produce por los propios dientes, es decir, que viene dado por elementos ajenos como el cepillo dental, la pasta de dientes, morderse las uñas… A menudo se trata de acciones de carácter mecánico, como una técnica incorrecta de cepillado de dientes o el uso de las piezas dentales como herramienta.
Prevención
Las principales medidas para prevenir el desgaste dental van estrechamente relacionadas con las causas principales mencionadas anteriormente.
Por un lado, el consumo de bebidas carbonatadas o alimentos o bebidas ácidas debería ser limitado, evitando el cepillado de dientes de forma inmediata tras su toma. En este caso, el ácido estaría ablandando el esmalte y este se vuelve susceptible a dañarse durante el cepillado. Alineado a esto, se recomienda utilizar pastas de dientes poco abrasivas.
En caso de sufrir bruxismo, lo adecuado sería acudir a un profesional que se encargue de desarrollar un tratamiento ajustado con una férula de descarga que evite el choque de las piezas dentales.
Por lo que hace a la técnica de cepillado, es muy importante llevar a cabo una técnica adecuada que no dañe la dentadura. En caso de tener dudas acerca de cómo llevarla a cabo, desde ADE Clínica Dental estaremos encantados de ayudarte.
Además, resulta imprescindible evitar, en cualquier caso, el uso de los dientes como herramienta para abrir, agarrar o sostener cosas u objetos.
Finalmente, realizar visitas periódicas al dentista te permitirá detectar a tiempo cualquier signo de desgaste dental, lo que posibilitará tratarlo a tiempo y minimizar así sus efectos.
Tratamiento
Si el desgaste dental se encuentra ya en un punto de mayor desarrollo, puede resultar necesario llevar a cabo un tratamiento que minimice los efectos que pueda causar sobre la utilidad y funcionalidad de nuestros dientes.
La principal solución ante el desgaste dental es la restauración. Existen múltiples técnicas en función del grado de desgaste de la pieza y de sus necesidades concretas.
En casos leves, bastará con una reconstrucción sencilla llevada a cabo con material de relleno, como resina compuesta, cerámica o circonio. Estos materiales permiten que la reconstrucción goce de un aspecto natural, resultando prácticamente imperceptible.