logopeda

La relación entre el logopeda y el dentista

La relación entre el logopeda y el dentista reside en su interés común: facilitar que las funciones de la boca se lleven a cabo de la mejor manera posible. Para ello, cada disciplina trabaja bajo sus propios métodos, dando solución a múltiples problemas relacionados.

La logopedia, como disciplina, se encarga de dar solución a los trastornos relacionados con la comunicación. Estos son, por ejemplo, la pronunciación, la voz, el lenguaje o la respiración. Para conseguirlo, aplica distintas técnicas educativas y conductuales que persiguen rehabilitar dichas funciones. Por su lado, el odontólogo, se encarga de tratar diversas alteraciones, tanto en la propia dentadura como en la estructura mandibular. Estas alteraciones son, precisamente, las que pueden dificultar el desarrollo de las funciones que se tratan en el logopeda.

Su relación

Tal y como hemos mencionado, el logopeda y el odontólogo persiguen un objetivo común. Por este motivo, resulta habitual ver cómo, cada vez más, ambas disciplinas trabajan conjuntamente, funcionando como tratamiento combinado. Ello es así puesto que, tanto los trastornos en la estructura de la boca pueden dar paso a problemas de pronunciación, respiración o deglución, como estos problemas pueden provocar alteraciones en la estructura de la boca.

Actos tan simples como el habla, requieren de la participación de distintas estructuras orofaciales: los dientes, la lengua, el paladar, los labios o la mandíbula. En caso de que cualquiera de estas sufra cualquier tipo de alteración -mayor o menor-, la pronunciación puede verse comprometida. Por ello mismo, una combinación entre la corrección odontológica de la estructura dental y una mejora conductual y educativa consiguen dar paso a una articulación y pronunciación adecuada.

Soluciones combinadas

Con el objetivo de solucionar las posibles complicaciones mencionadas, debe ser el propio odontólogo el que lleve a cabo un estudio inicial de cada caso. En este, se valorará la existencia de cualquier posible distorsión -sea bien la incorrecta colocación de la lengua, un mal hábito de succión o una respiración bucal inadecuada-. Tras este primer contacto, el logopeda podrá ampliar la valoración para así ofrecer una solución conjunta, bajo un tratamiento correctivo y preventivo.

Por su parte, el odontólogo, mayoritariamente ortodoncista, lleva a cabo la colocación de un aparato que se encarga de recolocar los dientes y lengua. El logopeda, en cambio, se encarga de proponer un conjunto de ejercicios que permitan reeducar la musculatura. Este tratamiento conjunto busca conseguir ofrecer una solución óptima y definitiva.

Resulta habitual que este tipo de intervenciones se lleven a cabo durante la infancia. Es en este momento en el que resulta más sencillo detectar posibles alteraciones. Además, también resulta más fácil asimilar la reeducación propia de la logopedia, a la vez que se evita que el problema se agrave con el paso de los años.

Casos en los que se indica un tratamiento logopédico

Entre las distintas complicaciones que se tratan en la consulta odontológica, las siguientes deben tratarse a su vez junto a un logopeda especializado:

  • Maloclusión: La maloclusión consiste en una mala alineación de las piezas dentales que provoca que la arcada superior e inferior no encajen. Ello se debe a una alteración en el crecimiento óseo de la mandíbula y/o la posición de los dientes, lo que impide la correcta función masticatoria y, a su vez, supone un problema estético para el paciente.
  • Succiones: En el caso de los bebés, una succión excesiva o continua del dedo o biberón puede dar paso a futuras complicaciones. Entre estas, la deformación o elevación del paladar o la mordida abierta son las más habituales. Por otro lado, también pueden darse alteraciones en el lenguaje.
  • Bruxismo: El hábito de rechinar los dientes, tanto de día como de noche, conlleva múltiples problemas para el afectado. Entre estos, el dolor en la articulación temporomandibular es uno de los más frecuentes. A su vez, también puede dar paso a problemas en la fonación o articulación, pudiendo llegar a deformar la mandíbula.
  • Deglución atípica: La deglución atípica consiste en la colocación incorrecta de la lengua a la hora de tragar. Esta empuja los incisivos superiores e inferiores durante la deglución, lo que provoca que estos se desplacen hacia delante.
  • Respiración bucal: Tal como indica su nombre, esta consiste en la respiración a través de la boca, lo cual resulta inadecuado. La respiración debe llevarse a cabo a través de la nariz, de forma que el aire se limpie y caliente antes de entrar al organismo. Esto da paso a múltiples problemas bucodentales, como bruxismo, apnea del sueño, sequedad bucal…

Tal y como hemos visto, el trabajo conjunto entre odontólogos y logopedas favorece una solución conjunta e integral de los problemas a tratar. De esta forma, los resultados obtenidos resultan mucho más eficaces.

En caso de detectar cualquier tipo de alteración en las principales funciones bucales en tu pequeño, desde Asistencia Dental Especializada realizaremos un estudio completo de su caso para ofrecer una solución óptima.