La necrosis pulpar -también conocida como necrosis dental- es una patología provocada por el deterioro e inflamación de la pulpa del diente. Cuando esto sucede y no se trata a tiempo, puede terminar provocando la muerte de la pulpa.
La pulpa dental es un tejido blando formado por nervios, vasos sanguíneos y tejido conectivo. Esta se encuentra en el interior del diente -la cavidad pulpar-, y se encarga de mantener su vitalidad. Al dañarse, puede repercutir muy negativamente en nuestro estado de salud bucodental, por lo que conocer las principales causas y síntomas te serán de gran ayuda:
Las causas
Las causas principales de la necrosis pulpar son:
- Caries no tratadas: Al no tratar a tiempo una caries, esta puede terminar dañando las capas más profundas del diente, destruyendo, cada vez más, el tejido dentario. De este modo, una caries en estado avanzado puede terminar provocando necrosis pulpar.
- Traumatismos: Un traumatismo dental también puede dar lugar a daños irreversibles en nuestra dentadura, dañando las capas internas del diente y pudiendo llegar a causar necrosis. Por ello, ante cualquier traumatismo, por leve que sea, se deberá acudir al dentista para que valore el grado de daño causado.
Los síntomas
La necrosis pulpar por sí misma no presenta síntomas fácilmente detectables, como sensación de incomodidad o dolor, lo que dificulta su detección por cuenta propia. Esto es así dado que, al provocarse la muerte de la pulpa, se deja de tener sensibilidad en la pieza afectada.
No obstante, antes de llegar a dicho punto, es posible que se vayan padeciendo diferentes molestias. Normalmente, estas van asociadas a una mayor sensibilidad dental, por lo que al consumir alimentos o bebidas a temperaturas extremas sufriremos mayor molestia.
Para saber con certeza si se sufre necrosis pulpar, será el dentista quien se encargue de realizar un examen y posterior diagnóstico. Mediante una radiografía dental, puede llegar a detectarse la presencia de una caries o absceso que ha podido provocar la necrosis. El profesional también puede llevar a cabo una prueba de vitalidad. Esta consiste en aplicar frío en el diente para comprobar si este responde a dicho estímulo.
Con el paso del tiempo, es posible que la pieza afectada sufra cierta decoloración. La necrosis puede llegar a oscurecer el tono de los dientes, lo que sí que puede llegar a percibirse por el propio paciente.
Tratamiento
En función de la cantidad de pulpa que se haya visto afectada, puede diferenciarse entre una necrosis total o bien parcial. El tratamiento a aplicar, por tanto, se verá condicionado por el tipo de necrosis y la afectación que haya sufrido la pieza.
De acuerdo con dichas características, los tratamientos a aplicar son:
- Endodoncia: La endodoncia o tratamiento de conductos, es un procedimiento que consiste en extraer el tejido pulpar necrosado, ayudando a eliminar de este modo la infección. Tras esto, se restaura la zona con un material biocompatible, lo que consigue devolver la vitalidad y funcionalidad habitual del diente.
- Extracción: Cuando la necrosis es severa y ha afectado a gran parte de la pulpa, eliminando por completo la posibilidad de restaurar la pieza, esta debe extraerse. Para devolver la funcionalidad perdida, deberá colocarse un implante en su lugar.
Consecuencias
En caso de no tratar una necrosis, las consecuencias pueden seguir perjudicando nuestra salud oral, dando lugar a infecciones, abscesos, flemones, casos de periodontitis o incluso la pérdida del hueso. Para evitar que dicha patología derive en consecuencias peores, será importante actuar a tiempo para conseguir que la intervención sea mínima.
En Asistencia Dental Especializada – ADE, insistimos en la importancia de la prevención para evitar el desarrollo y complicación de múltiples afecciones orales. Llevando una higiene oral completa y realizando visitas periódicas al dentista conseguiremos garantizar un buen estado de salud bucodental.