Alveolitis

La alveolitis

La alveolitis dental, también conocida como osteítis alveolar, es una complicación que se da tras la extracción de una pieza dental. Cabe destacar que, aunque no se trata de un problema demasiado frecuente, este provoca graves molestias en el afectado, empeorando considerablemente su día a día.


¿Qué es la alveolitis dental?

Aunque se trate de una situación improbable, puede suceder que tras la extracción de las muelas del juicio o alguna muela infectada el hueco restante quede expuesto. Normalmente, tras extraer una pieza dental, se forma un coágulo de sangre en el alveolo -el hueco donde se encontraba el diente-, que protege la zona ante la acción de las bacterias. Es posible que este coágulo no llegue a formarse o bien se desprenda, dejando el hueso al descubierto. En esta situación, la zona termina inflamándose, causando un dolor de alta intensidad.

Las causas

No hay una causa concreta que determine la aparición de alveolitis, aunque existe una mayor tendencia en aquellos casos en los que la extracción se haya podido complicar, sea bien por la presencia de infecciones o por tratarse de una intervención complicada. Esto sucede, con mayor frecuencia, en el caso de las muelas del juicio.

No obstante, aunque no se haya determinado una causa que propicie la aparición de alveolitis, sí que hay factores que pueden incrementar el riesgo de aparición. Estos son, principalmente, el hábito de fumar o el consumo de corticosteroides o anticonceptivos orales en los días posteriores a la intervención.

Los tipos

Existen dos tipos de alveolitis diferenciadas en función de sus características y el nivel de daño que causan.

  • Alveolitis seca: La alveolitis seca es la que se da con mayor frecuencia. Ocurre cuando el alveolo se encuentra completamente vaciado, dejando el hueso al descubierto. Es por este motivo que se trata del tipo de alveolitis más dolorosa. Al dejar tanto el hueso como el nervio expuestos, cualquier acción resulta molesta.
  • Alveolitis húmeda: En este caso, el coágulo de sangre llega a formarse, pero de forma inadecuada, lo que provoca su descomposición temprana o infección. Aunque las molestias no sean tan agudas, sigue resultando doloroso para el afectado.
Los síntomas

Puesto que el hueso se encuentra expuesto, el principal síntoma de alveolitis será perceptible visualmente por el afectado, quien será capaz de ver el hueco. Esto se acompañará de una sensación extraña de “vacío”.

Junto con esto, el siguiente síntoma más claro es el dolor intenso. Este puede aparecer tras las primeras 24/48 horas de la extracción, extendiéndose desde la zona de la pieza extraída hasta el lateral de la cara. Además de ser profundamente molesto, puede provocar fiebre, halitosis o la inflamación de los ganglios situados en el cuello y mandíbula.

Aunque no se trate de un problema grave, el dolor y molestias pueden alargarse hasta dos semanas, empeorando considerablemente la calidad de vida del afectado durante este periodo.

Tratamientos

El principal método para aliviar y tratar la alveolitis consiste en higienizar por completo la zona. Para ello, el odontólogo se encargará de limpiar la herida con suero y eliminar cualquier posible tejido muerto. Por otro lado, en ciertos casos se indicará la toma de antibióticos y antiinflamatorios que consigan combatir la infección y reducir los síntomas asociados a esta.

No obstante, lo ideal será tratar de no llegar a este punto. Será importante atender a las medidas preventivas indicadas por el profesional tras la intervención. Entre estas, se destaca el uso de enjuagues bucales con clorhexidina y el seguimiento de ciertas pautas relacionadas con la alimentación en los días próximos. A su vez, deberá evitarse el tabaco y alertar al profesional en caso de tomar anticonceptivos orales, corticosteroides o bien sufrir de diabetes o VIH. Así, el odontólogo podrá hacer una evaluación del posible riesgo de desarrollar alveolitis e insistir en la prevención.


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