Con el final de las vacaciones y la vuelta al cole, septiembre se convierte en un mes clave en términos de reanudación de todo tipo de hábitos y rutinas. Entre estas, y de gran importancia, de cuidado de la salud bucodental.
Después de pasar tres meses acompañados de los padres, la vuelta al cole implica retomar las obligaciones diarias e incrementar el tiempo que pasan los pequeños fuera de casa. También supone la necesidad de volver a relacionarse con otros niños, conocer nuevos profesores o adaptarse de nuevo a unos horarios fijos. Todo esto puede traducirse en el sufrimiento de estrés por parte de los más pequeños, lo que tiene claras repercusiones en su salud bucodental.
El estrés
Una de las consecuencias más habituales que tiene la vuelta al cole en la salud bucodental es el sufrimiento de bruxismo. Esta fricción involuntaria de los dientes puede dificultar el descanso adecuado por la noche y provocar dolores mandibulares o de cabeza, lo que afecta directamente a la concentración y la capacidad de aprendizaje de los más pequeños.
La principal hormona derivada del sufrimiento de estrés -el cortisol- puede llegar a provocar la inflamación de las encías, lo que propicia un mayor riesgo de sufrir alguna enfermedad periodontal y favorece la aparición de aftas, caries o mal aliento.
Este nerviosismo derivado reduce claramente el nivel de saliva producido, lo que aumenta la posibilidad de sufrir sequedad bucal. Junto con esta, vienen dadas otras derivaciones, como la irritación de los .tejidos blandos de la boca, lo que los hace más propicios a sufrir infecciones.
Los hábitos alimentarios
Otro aspecto con clara repercusión sobre la salud bucodental de los niños es la alimentación. Durante el verano, resulta habitual que los más pequeños incrementen el consumo de alimentos azucarados -como helados o refrescos- y que, al estar de vacaciones, descuiden o reduzcan el tiempo dedicado al cepillado de dientes.
Con la vuelta al cole los hábitos alimentarios vuelven a modificarse, y resulta imprescindible no descuidar ninguna comida, prestando especial atención al almuerzo y potenciando .de nuevo el seguimiento de una dieta sana y equilibrada. Que los más pequeños desayunen o merienden una pieza de .fruta los ayudará a mantener una boca sana, lo que reducirá la probabilidad de desarrollar caries u otras afecciones bucales.
Los hábitos de higiene
Por otro lado, la edad escolar resulta ideal para inculcar todo tipo de hábitos y rutinas de higiene. bucodental que, una vez asimiladas e interiorizadas, guiarán el cuidado bucodental de los más pequeños a lo largo de su vida, garantizando un estado de salud apropiado.
Con la vuelta al cole, debe aprovecharse de nuevo para hacer llegar la necesidad de mantener una .buena higiene bucodental, incidiendo en la manera correcta de llevar a cabo el cepillado, de cumplir con los dos minutos de duración, e introduciendo el uso de hilo dental y colutorio.