La erupción de los dientes de leche en bebés suele darse a lo largo del sexto mes. No obstante, es posible que se dé antes o incluso después, lo que no debe preocuparte. Cada niño tiene su propio ritmo. En cualquier caso, de no haber erupcionado ningún diente a partir de los 18 meses, sí deberías consultar con tu pediatra.
Los dientes de leche empiezan a formarse a partir de la quinta semana de gestación, y no es hasta el sexto mes, aproximadamente, que empiezan a erupcionar. Entre sus principales funciones, no tan solo permiten al pequeño masticar alimentos y empezar a hablar y pronunciar correctamente, sino que también garantizan que los dientes definitivos cuenten con el espacio necesario para ocupar su lugar adecuado. De no ser así, es posible que las piezas definitivas erupcionen donde encuentren espacios vacíos, lo que puede dar paso a apiñamientos o dientes torcidos. Por todo ello, estudiar su adecuada evolución resultará determinante, tal y como destaca la SEOP.
El proceso por el que pasa tu pequeño en el momento en que empiezan a salirle los dientes puede resultarle potencialmente incómodo. En caso de sentir dolor, el bebé lo comunicará mediante el llanto, mostrándose más irritable. Este será uno de los síntomas, coincidiendo con el cuarto o quinto mes, que indica que en breves empezaran a salirle los dientes.
Además de este, existen otros aspectos que pueden indicar que se acerca este momento:
- Mayor salivación: Uno de los primeros signos de la erupción de dientes inminente es un incremento en el babeo. Esto puede dar paso, en ciertos casos, a la aparición de un salpullido en la cara o el cuello.
- Inflamación de las encías: Antes de la salida de los primeros dientes, las encías pueden mostrarse inflamadas o enrojecidas. Ello puede provocar cierta molestia, lo que incrementa la irritabilidad.
- Alteraciones en el sueño o en los hábitos alimenticios: Dados los cambios que está experimentando el bebé y los dolores derivados, es posible que puedan darse ciertas alteraciones en el sueño. Del mismo modo, también puede resultarle más incómodo consumir ciertos alimentos.
- Ganas de morder: Otro de los principales síntomas de la erupción de los dientes de leche es el incremento en la voluntad de morder cualquier cosa. Para evitar infecciones o que se haga daño a sí mismo, existen mordedores especiales que ayudan a calmar este impulso.
Aunque sea posible que la inflamación de las encías de paso a febrículas o diarreas, estos no son síntomas propios de la erupción de los dientes de leche. De hecho, es posible que se deba a una infección causada, por ejemplo, por su voluntad de morderse los puños o bien juguetes que hayan podido estar en contacto con el suelo. En cualquier caso, si cualquiera de los dos síntomas se alarga en el tiempo, resultará conveniente visitar al pediatra para que determine sus causas.
Tratamiento
Por desgracia, no existe ningún tratamiento que consiga hacer indolora la experiencia de erupción de los dientes. Aunque no todos los bebés presenten los mismos síntomas, resultará habitual que experimenten ciertas molestias. Ello nos permitirá conocer su evolución, de forma que podamos garantizar que su desarrollo sea adecuado.
No obstante, sí que existen ciertos métodos para aliviar este dolor, entre los que destacamos:
- Realizar masajes en las encías del bebé: Ayudándonos de una gasa estéril humedecida, realizar masajes circulares en las encías puede ayudar a minimizar las molestias. No debe ejercerse demasiada presión, ya que eso podría agravar el dolor.
- Darle fruta fresca: Darle diversas frutas frescas al bebé puede llegar a aliviar su dolor, al tratarse de un alimento que puede “morder” y que está frío.
- Mordedores: Como ya hemos mencionado, existen mordedores fabricados expresamente para calmar las molestias que provoca la erupción de los dientes. Estos están hechos con materiales especiales e indicados y, además, ciertos tipos pueden refrigerarse, de modo que el frío consiga aliviar el dolor en mayor medida.
En casos de dolor y molestia excesiva, o si se presenta la aparición de pus o sangrado en las encías, resultará conveniente acudir al pediatra. Este llevará a cabo una exploración de la zona y compruebe si existe cualquier complicación que deba tratarse.