tercera edad

Salud oral en la tercera edad

La salud bucodental en la tercera edad se cobra una gran importancia, tanto para garantizar un buen estado de salud general como para contar con una buena calidad de vida. A partir de los 65 años, se producen diversos cambios en nuestra cavidad oral. Por este motivo debe insistirse en el mantenimiento de los hábitos de higiene y cuidado oral.


El estado de salud oral en la tercera edad

Con el paso de los años, del mismo modo que envejece nuestro cuerpo, también lo hace nuestra dentadura, lo que no es motivo para abandonar su cuidado. Con este envejecimiento de la cavidad oral, vivimos cambios que pueden propiciar la aparición de ciertos problemas o patologías. El mejor modo de evitarlos será mediante un buen cuidado de nuestra salud oral.

Se estima, según datos del Consejo General de Dentistas, que el 100% de los adultos mayores de 65 años sufre de caries, contando con una media de 15 piezas afectadas. Además, también son el colectivo que sufre una mayor pérdida dental, perdiendo, de media, unas 11 piezas. Por otro lado, cerca del 40% de adultos mayores padece de enfermedad periodontal, con las consecuencias derivadas de esta. Junto con todos estos aspectos, son muchos más los problemas que pueden acentuarse en la tercera edad, por lo que resulta imprescindible prestar atención a cualquier signo o síntoma, realizando las visitas periódicas al dentista para que este garantice un buen estado de salud bucodental.

¿Qué cambios se producen?

Tal y como hemos mencionado, a partir de los 65 años vivimos diferentes cambios en nuestra cavidad oral. Son estos cambios, precisamente, los que pueden dar lugar a la aparición o agrave de diferentes patologías.

Entre estos cambios destacamos:

  • Empieza a desgastarse en mayor medida el esmalte. Este empieza a perder su espesor, lo que da lugar a un tono más amarillento de las piezas. De hecho, estas pueden llegar a agrietarse o mostrar fisuras.
  • Disminuye la producción de saliva, dando lugar a casos de xerostomía. La saliva nos ayuda a proteger nuestra cavidad oral y, su producción insuficiente, puede incrementar el riesgo de padecer diferentes patologías.
  • Disminuye tanto la pulpa como el número de vasos sanguíneos que se encuentran en las encías. Esto da lugar a un ambiente más propenso al sufrimiento de infecciones y vuelve la encía menos reactiva a estímulos externos, reduciendo así la sensibilidad.
  • Disminuye el número de papilas gustativas y, además, estas tienen a encogerse, alterando de este modo el sentido del gusto.
Consejos

Para evitar que la edad perjudique nuestro estado de salud oral, es importante que mantengamos las rutinas de higiene dental adecuadas y sigamos realizando las visitas al dentista recomendadas. Además, será importante insistir en ciertos aspectos, como, por ejemplo:

Cepillarse los dientes

El cepillado de dientes debe hacerse tras cada comida y con pasta fluorada. Este debe durar como mínimo dos minutos, asegurándonos de limpiar también las encías y la lengua. También será importante incorporar el uso de hilo dental.

En aquellas personas que utilicen prótesis removibles, estas deberán retirarse para facilitar una limpieza adecuada.

Usar pasta de dientes fluorada

La pasta de dientes fluorada será un gran aliado para disminuir la actividad bacteriana. Gracias al flúor, se consigue evitar que las bacterias transformen los hidratos de carbono o azúcares en ácidos que puedan desmineralizar las piezas. Todo esto ayudará a reducir la posibilidad de desarrollar caries.

Llevar una dieta saludable

El consumo de dulces y alimentos azucarados debe limitarse a cualquier edad, pero con mayor énfasis en la tercera. Dados los cambios que se producen en nuestra cavidad oral a partir de los 65 años, la presencia de azúcares propiciará en mayor medida la presencia de bacterias.

A su vez, será importante mantener una buena hidratación, ya que, como hemos visto, la aparición de xerostomía en adultos mayores es frecuente.

Mantenimiento de las prótesis

En caso de llevar prótesis removibles, será importante garantizar su buen mantenimiento. Usar cepillos especiales, junto con jabones específicos y limpiarlas tras cada comida será imprescindible. En caso de retirarla para dormir, será importante dejarla en un vaso de agua. Una vez por semana, deberán añadirse también pastillas desinfectantes.


Finalmente, desde Asistencia Dental Especializada – ADE, insistimos en la importancia de acudir al dentista de forma regular. De este modo, podrán identificarse posibles afecciones, patologías o particularidades propias, recomendándose así consejos de cuidado más ajustados a cada caso.

 

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