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Gingivitis y periodontitis | ¿En qué se diferencian?

En numerosas ocasiones hemos mencionado una afección concreta que afecta a las encías y el borde de los dientes: la gingivitis. De hecho, en odontología es muy común tomar medidas para prevenirla, puesto que su desarrollo es muy habitual en la población y puede derivar en su variante más grave: la periodontitis.

La enfermedad de las encías viene provocada, generalmente, por una acumulación de placa bacteriana, tanto en las encías como en los propios dientes. Son muchos los motivos por los que puede darse este exceso de placa: consumo excesivo de alimentos dañinos para los dientes, una higiene oral deficiente, pocas o nulas revisiones dentales… Todo ello termina formando una capa incolora y pegajosa, compuesta por bacterias y azúcares que atacan directamente a nuestros dientes. La respuesta inmunológica de nuestro cuerpo ante estos ataques es la inflamación, motivo por el cual, ante situaciones de acumulación de placa bacteriana, el enrojecimiento e hinchazón de las encías es el principal signo.

La gingivitis

La gingivitis es la variante precoz de la enfermedad de las encías. En este caso, afecta principalmente a las capas superficiales de la encía, en el espacio concreto en que se junta con la pieza dental.

Dada su superficialidad, la gingivitis no produce daños en las partes más profundas de las encías, por lo que no llega a dañar gravemente dientes ni huesos. Ello permite que se trate de una afección reversible.

Sus principales signos
  • Sangrado de las encías al cepillar los dientes o comer según qué alimentos
  • Enrojecimiento e hinchazón de las encías
Tratamiento

Para revertir los signos y daños que provoca la gingivitis, debemos centrar nuestro foco de atención en la higiene oral. A pesar de la hinchazón y sangrado, no debemos dejar de cepillar los dientes tras cada comida. Para evitar incomodidades, puede usarse un cepillo de dientes más suave de lo habitual, de forma que se mantenga la eliminación de las bacterias sin causar ningún daño. En ocasiones, resulta recomendable llevar a cabo una higiene profesional que nos ayude a eliminar las bacterias en profundidad.


La periodontitis

Por lo que hace a la periodontitis, esta es la principal consecuencia grave de una gingivitis no tratada. En este caso, la encía funciona como una cubierta protectora para el hueso que se encarga de anclar los dientes en su posición adecuada. Este conjunto de estructuras se conoce como periodonto. La encía favorece la protección del periodonto, garantizando que la estructura dental no sufra daños.

Lo que ocurre en casos de gingivitis severa es que las bacterias atacan directamente al periodonto, ocasionando, por tanto, consecuencias y daños en su estructura interna. Habitualmente se ven afectados el recubrimiento de la raíz del diente -el cemento-, el hueso y las fibras encargadas de conectar este con la raíz del diente -el ligamento periodontal-. Estos daños provocan la formación de espacios entre la raíz del diente y la encía, también conocidos como “bolsas periodontales”. Las bacterias quedan atrapadas en estos espacios, causando daños más directos en el periodonto. A largo plazo esto termina dañando el hueso, provocando poco a poco su pérdida y dejando espacios cada vez más grandes entre el diente y la encía.

Sus principales signos
  • Sangrado e hinchazón de las encías
  • Retracción de las encías
  • Mal aliento o halitosis
  • Mal sabor de boca
  • Dientes flojos o en posición incorrecta
Tratamiento

El tratamiento de la periodontitis depende de la fase en que se encuentre. Lo que resulta imprescindible en cualquier caso es reforzar la higiene oral y garantizar su desarrollo adecuado. Además, lo más probable es que se requiera de una higiene profesional que permita una limpieza exhaustiva de la boca. En ocasiones, pueden llegar a requerirse también tratamientos de cirugía, sea bien para llevar a cabo la extracción de las piezas afectadas o para abrir y limpiar las bolsas formadas en las encías.

¿Cuál es la diferencia?

Tras haber comprendido en que consisten ambas afecciones, se facilita comprender su principal diferencia: el nivel de daño causado.

Mientras que la gingivitis provoca únicamente la inflamación y sangrado de las encías, de forma más superficial, la periodontitis ataca directamente a las capas más internas, afectando al hueso alveolar y los tejidos del periodonto.

La periodontitis es, por tanto, un nivel avanzado de gingivitis que no ha sido tratada a tiempo. Por este motivo, y para evitar sufrir la enfermedad de las encías, deberemos atender a cualquier signo primerizo de gingivitis, de forma que no pueda llegar a desarrollarse.


Desde ADE Clínica Dental aprovechamos para recordarte la importancia de mantener un cuidado oral adecuado, cepillando tus dientes correctamente y visitando al dentista anualmente.