A menudo, aquellos elementos de la boca a los que mayor valor se ofrece son los dientes y encías, sin embargo, la lengua merece la misma importancia, y puede decirte mucho acerca de tu salud.
La lengua es un músculo básico que resulta fundamental para la masticación, la deglución y la fonación. Gracias a su gran número de terminaciones nerviosas, es mucha la información que es capaz de enviar a nuestro cerebro, permitiéndonos distinguir entre sabores, texturas y temperaturas. Lo que dice tu lengua acerca de tu salud
Por todo esto, su cuidado resulta fundamental para la prevención de todo tipo de patologías, además de que nos ayuda a diagnosticar distintas enfermedades e incluso nos puede indicar la deficiencia de algunas vitaminas en el cuerpo.
Es a través de su color, textura o apariencia que resulta potencialmente sencillo comprender qué nos dice la lengua acerca de nuestra salud:
- Cubrimiento amarillento/ blanquecino: Puede indicar deficiencia en la limpieza oral de la lengua. A menudo, se pueden llegar a formar capas compuestas por restos de alimentos, bacterias acumuladas o restos de células que provocan mal aliento, caries dentales o incluso enfermedades relacionadas con las encías. Suelen desaparecer si se mantiene una higiene bucal adecuada.
- Capa blanquecina gruesa en toda la lengua o en partes: Frecuentemente se relaciona con una infección de hongos conocida como candidiasis oral. La mejor prevención ante la expansión de este hongo es un buen cuidado bucodental.
- Lengua pálida o blanquecina: Se debe a la pérdida de humedad en la boca, lo que suele relacionarse directamente con la deshidratación. Ello nos advierte de que existe un déficit de vitaminas, por lo que nuestras defensas están bajas y podemos estar padeciendo anemia.
- Lengua excesivamente roja: Puede ser un síntoma de déficit de ácido fólico y vitamina B12. Si su apariencia se asemeja más a un color fresa con puntitos podría ser un causante de la fiebre escarlata. Es frecuente en bebés y niños.
- Lengua oscura: Una de sus causas más habituales es la falta de higiene, el consumo excesivo de alcohol, el tabaco o la reacción ante algún medicamento. Ello puede derivar en alteraciones del gusto o mal aliento, entre otros.
- Llagas o bultos: Existen distintas causas que pueden provocar llagas o bultos. Desde el estrés, la falta de vitaminas o. algunos tratamientos dentales de implantes o aparatos, hasta el roce continuado de los dientes, alergias o incluso herpes. En caso de que su aparición sea frecuente y duradera, resulta conveniente realizar visitas periódicas al dentista.
- Lengua agrietada: A pesar de no causar dolor ni resultar potencialmente grave, puede dar pie a la aparición de infecciones, por lo que es recomendable paliarla con un aumento de la higiene bucal.
La mejor prevención ante todas las consecuencias que puedan derivarse del sufrimiento de trastornos o infecciones .en la lengua es, sin duda, el mantenimiento de un cuidado e higiene adecuados. El lavado diario de la lengua debe resultar igual de importante que el de los dientes, por .lo que incorporarlo en tu rutina favorecerá en gran medida tu estado de salud general.